¿Por qué es peligroso comprar sistemas de retención infantil de segunda mano?

¿Por qué es peligroso comprar sistemas de retención infantil de segunda mano?


La Alianza Española para la Seguridad Vial Infantil, AESVi, recuerda lo arriesgado que es adquirir los sistemas de retención infantil (SRI) en el mercado de segunda mano. Estas son las razones:


No conocemos el origen de la silla
 
Tampoco el uso que se le ha dado, aunque haya pertenecido a un familiar o amigo de confianza. La percepción sobre el trato que ha recibido la silla es muy subjetiva. Según un estudio de AESVi, la mitad de los vendedores de sillitas infantiles de segunda mano declararon que su producto estaba en buen estado, cuando las pruebas de choque demostraron que el 90% de las mismas no hubiesen cumplido con los mínimos de seguridad exigibles.
 
La homologación no es suficiente

Que la silla esté homologada no implica que esté en buenas condiciones. «La homologación es el requisito mínimo legal para poder vender el producto nuevo, pero los materiales con los que están fabricadas esas sillas pueden perder propiedades con el paso del tiempo y un uso prolongado, de manera que se reduce su función protectora comprometiendo gravemente la seguridad de los niños», indica AESVi.
 
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que «los requisitos de homologación de las sillas de coche nuevas no son los mismos en la Unión Europea que fuera de ella, por eso una homologación extranjera no garantiza que la silla infantil proteja correctamente a los menores en caso de accidente», añade. 

El manual de instrucciones es fundamental

Y, lo más probable, es que no te lo den con la silla. Aunque muchos manuales se pueden conseguir en la web del fabricante, lo habitual es que las instrucciones de montaje y uso de los modelos antiguos y/o descatalogados ya no aparezcan en la web.

Además, los arneses y otros elementos vitales de seguridad pueden estar mal montados. Es habitual retirar las fundas para lavarlas, pero al volver a montarlas pueden cometerse errores en la colocación de arneses, protectores laterales y otras piezas de vital importancia para la seguridad de los niños.

No se puede comprobar que está en buen estado

Ni tan siquiera los ingenieros más experimentados pueden garantizar que una silla no presente daños ocultos. Además, en las sistemas de retención infantil de segunda mano pueden faltar piezas, que el anterior propietario haya retirado por cualquier motivo, o algunos materiales de absorción. 

 

AESVi recomienda que, si se duda, es mejor no comprar una sillita infantil de segunda mano. Además, indica que «actualmente existe en el mercado una amplia oferta de sillas de coche en todos los rangos de precio. Acudir a una tienda especializada es lo mejor, ya que los profesionales asesoran a las familias sobre las mejores opciones para cada presupuesto y, además, sobre la instalación de la silla de coche en el automóvil».