Un buen equipamiento motero salva vidas

Un buen equipamiento motero salva vidas


Los motoristas son uno de los usuarios más vulnerables de la carretera, junto con peatones y ciclistas. Así lo confirmó en su informe “Seguridad de los Vehículos de motor de dos y tres ruedas” la Organización Mundial de la Salud (OMS): este medio de transporte representa más de 286.000 muertes cada año a nivel mundial, en torno al 23% de todas las víctimas mortales por accidentes de tráfico.

En España los datos no son mucho mejores. Entre 2014 y 2017, los motociclistas fallecidos han aumentado un 25%, según datos publicados por la Dirección General de Tráfico (DGT)

El último balance de siniestralidad 2017 contabilizó un total de 27.167 accidentes con víctimas de motocicletas, un 5% más que en 2016, con un resultado de 359 motoristas fallecidos (un 5% más que el año precedente), 2.784 heridos hospitalizados (4% más) y 25.551 heridos no hospitalizados (un 5%). En términos de lesividad, los motociclistas estuvieron implicados en un 27% de los accidentes que se produjeron el año pasado, y supusieron el 20% de los fallecidos, a pesar de que el parque móvil de motocicletas y ciclomotores en nuestro país, apenas supera el 10% del total.

Proteger al motociclista se ha convertido pues en un objetivo primordial de todos. Pero el principal implicado debe ser siempre el conductor. En un vehículo de dos ruedas la protección personal, no solo es fundamental es indispensable y aunque solamente el uso del casco es obligatorio no está de más tener en cuenta que otra equipación es necesaria para mejorar la protección de nuestro bien más preciado: nuestro cuerpo, nuestra vida.

 


EL EQUIPAMIENTO MOTORISTA PARA CONDUCIR CON SEGURIDAD:

El casco de seguridad

Su uso, además de obligatorio, reduce a la mitad la posibilidad de sufrir lesiones en la cabeza en caso de caída o accidente.

La Ley (art. 118 Reglamento General Circulación) establece que todos los conductores y pasajeros de motocicletas y ciclomotores deberán utilizar adecuadamente cascos de protección homologados o certificados según la legislación vigente, cuando circulen tanto en vías urbanas como en interurbanas.

¿Cómo son esos cascos homologados?¿Qué características tienen?

Los cascos para moto pueden ser de tres tipos: integrales, modulares y convencionales. Los más seguros, son los cascos integrales, que permiten una mayor protección de la cabeza, la cara y la barbilla, gracias a su acolchado interior. Los cascos modulares permiten elevar la parte delantera, la visera. Son los más cómodos. El tercer grupo lo conforman los cascos convencionales que solo cubre la parte de la cabeza y la nuca, aunque algunos tienen un sistema de protección acolchado para la zona mandibular.

Los tres tipos deben cumplir una serie de requisitos:

-Deben estar homologados según la normativa europea y estar en perfectas condiciones de uso. Si ha sufrido un golpe fuerte, es preferible sustituirlo por otro, ya que puede presentar algún tipo de rotura interior que no sea perceptible desde el exterior o desde el interior, por el acolchado del casco.

-Deben ser de un tallaje adecuado al usuario, de modo que ofrezca sujeción pero no compresión.

-SIEMPRE debe estar abrochado y ajustado, nunca holgado, para evitar que salga disparado en caso de caída o accidente, y así reducir el riesgo de lesiones.

-La visera debe permitir la visualización por parte del usuario. No puede estar tintada y debe tener un recubrimiento interior que impida el empañamiento o con doble pantalla.

-Tener un sistema de ventilación que permita una correcta aireación interior.


Aunque la ley establece tan solo la obligatoriedad de uso del casco homologado, para mejorar su seguridad, es muy recomendable que los motoristas utilicen otro equipamiento de seguridad como chaqueta, pantalones, botas y guantes.

¿Por qué es tan importante el uso del equipamiento de seguridad?

Una de las razones principales es que su uso minimiza el riesgo de sufrir grandes lesiones y abrasiones en caso de caídas.

Las abrasiones que produce una caída a tan sólo 40 km/h puede dejar al descubierto la estructura ósea, tendones y músculos de cualquier persona que friccione con el pavimento. A esta velocidad, un motociclista desliza a una velocidad de unos 11 metros por segundo, o lo que es lo mismo, en sólo una décima de segundo se habrá raspado con el suelo algo más de un metro, y ningún lugar de la piel, huesos, etc., soporta esta abrasión y fricción.

Las lesiones directas se pueden minimizar muchísimo si se lleva puesta ropa con elementos de fricción (protecciones) en lugares estratégicos como las articulaciones y lugares habituales donde se producen las lesiones de los ocupantes de las motocicletas.

Chaquetas, guantes, pantalones y calzado: básico para nuestra protección
 

En el caso de las chaquetas, éstas deben disponer de protección en los hombros, codos y columna.

Los guantes deben estar elaborados en tejido térmico que permite la transpiración que proteja del frio y la lluvia, pero que mantenga el calor del cuerpo humano en invierno. Debe resistir la abrasión en la palma y en los dedos y nudillos ya que cualquier ser humano, por instinto, tiende a poner las manos al caerse. Es aconsejable utilizar guantes, incluso en verano.

Los pantalones deben disponer de una fuerte protección en la zona de las rodillas, la tibia y peroné y también en la cadera ya que son zonas de mayor friccionamiento en caso de deslizamiento por el pavimento por caída. Los pantalones deberán estar confeccionados en un material resistente a abrasiones, golpes y resistentes al frío y la lluvia.

Utilizar materiales reflectantes, facilita que el motorista pueda ser visto con mayor facilidad por otros conductores, por lo que no está de más, incluir entre nuestro equipamiento un chaleco reflectante o chaquetas y pantalones que incorporen zonas de alta reflectancia en su elaboración.

El calzado también es importante. Se recomienda utilizar calzado específico, como unas botas. Es muy peligroso circular con un ciclomotor o motocicleta y estar usando chanclas, ya que el riesgo de sufrir una fuerte lesión en la zona de inferior en caso de caída se eleva. Deben incluir protecciones de plástico o metal en las zonas más sensibles a los golpes y que puedan soportar la fricción y, habitualmente, el peso y energía que produce la moto al caer sobre las extremidades inferiores de los ocupantes de la moto, para evitar sufrir fuertes lesiones en los pies.

Además, unas gafas que nos protejan del sol y protectores contra el viento y agua pueden ser muy recomendables según la meteorología.

Tampoco es necesario contar con una equipación como la de un piloto profesional, ya que no sería cómoda ni útil para nuestro quehacer diario, pero eso no nos exime de contar con una equipación básica que nos proteja en caso de accidente.

Más información sobre equipación para el motorista