El 70% de los fallecidos en vías urbanas en 2017 pertenecían a grupos vulnerables

El 70% de los fallecidos en vías urbanas en 2017 pertenecían a grupos vulnerables


Según el último informe PIN de Siniestralidad Vial elaborado por el Consejo Europeo por la Seguridad en el Transporte (ETSC) publicado en junio, 9.500 personas fallecieron en la Unión Europea en 2017 por accidente de tráfico en vías urbanas.


De ellos, el 70% eran peatones, ciclistas y motoristas, los tres grupos de usuarios viales más vulnerables. Concretamente el 40% eran peatones, el 18% eran motoristas y el 10% eran ciclistas. 
 
En cuanto a la lesividad, el informe señala que, ese mismo año, se registraron 100.000 heridos graves en accidentes viales urbanos, de los cuales el 25% eran peatones, el 22% motoristas y el 23% ciclistas. 
 

España, el quinto país con menos muertes en accidente de tráfico


El estudio también señala grandes diferencias en las tasas de siniestralidad urbana entre los diferentes estados miembros de la UE. El país más seguro, con 9 fallecidos por millón de habitantes en accidentes de tráfico en vías urbanas, es Suecia, seguido de Reino Unido (11), Países Bajos (13) España e Irlanda con 14.
 
En el otro extremo, el país con mayor tasa de mortalidad en vías urbanas es Rumanía, con 105 fallecidos por millón de habitantes, una cifra que cuadriplica la tasa media de la UE, que se sitúa en 26. 
 
Según el informe, los países europeos que más han trabajado por reducir la tasa de mortalidad vial en sus ciudades y pueblos, entre 2010 y 2017 han sido Grecia, Letonia, Portugal y Polonia
 
Aunque se ha producido un descenso generalizado en toda Europa desde 2010, de los accidentes de tráfico con resultado de muerte en todas las vías, las ciudades todavía tienen que avanzar mucho en materia de prevención. Desde 2010 hasta 2017, la mortalidad en autopistas se había reducido un 16%, en vías rurales un 24%, pero en el ámbito urbano sólo había descendido un 14%.
 

Como solución, el ETSC apuesta por solicitar a los estados miembros una mayor concienciación en la materia, con una apuesta más fuerte por implementar líneas de financiación nacional y europea para mejorar la seguridad vial a nivel local; la creación de carriles específicos para bicicletas en aquellas vías urbanas en las que se pueda circular a más de 50 km/h, más zonas cerradas al tráfico de coches y de emisiones cero en el centro de las ciudades y la puesta en marcha de infraestructuras en el interior de las ciudades como la construcción de glorietas o estrechamientos de calzada, para garantizar que no se superan los 30 km/h.