El 66% de los niños europeos se queja de que sus padres les molestan durante los viajes en coche

El 66% de los niños europeos se queja de que sus padres les molestan durante los viajes en coche


Aunque, normalmente, se acusa a los niños de estresar a sus padres cuando conducen, según un estudio de Ford, los progenitores también molestan a sus hijos durante los trayectos en coche, sobre todo cuando conducen cantando mal o hurgándose la nariz. También cuando gritan o dicen “tacos”. En total, el 66% de los niños afirma que sus padres les incomodan en el vehículo.


La investigación se basa en los datos obtenidos de una encuesta que la marca ha hecho a 2.000 niños europeos. Según la misma, las tácticas más usadas por los padres para que sus hijos se porten bien en el coche son: darles un smartphone, ponerles un DVD y ofrecerles chuches.





Diferencias entre países

El 39% de los niños del Reino Unido considera que el canto de sus padres es el hábito más molesto al volante, mientras que a los niños franceses este no les parece nada molesto y les irrita el doble que sus padres griten a otros conductores. Y es que, aunque el 61% de los niños preguntados afirmó que sus padres dicen palabras feas y levantan la voz en el coche, los padres franceses son los que más lo hacen (el 71% de los niños galos se quejó de ello). Italia es, por otro lado, el país donde los padres pierden menos los nervios (sólo el 39% de los niños lo señaló como causa de molestia).
Preguntar: “¿Falta mucho?” es la frase favorita de los pequeños cuando se aburren en el coche (el 63% la hace). Para hacer más llevadero el viaje los niños de Reino Unido e Italia son los más proclives a pedir a papá y mamá que pongan música.

¿Quién conduce mejor?

Aunque tanto niños como niñas de todos los países identifican a su padre como el que mejor conduce (61%), son los padres italianos los que obtienen una mejor valoración (67%) y las madres británicas las que más cerca están de ser elegidas como favoritas (45%).

Pensando en las familias

Con el estudio, Ford pretende conocer qué les gusta y qué no a los niños de los viajes en coche, con el fin de adaptar sus modelos familiares (como el C-MAX y el Grand C-Max)  para que los trayectos sean menos estresantes.